El ingrediente que transforma el sabor de todos tus platos
Pimentón Ahumado: Los orígenes
Introducido en la península por Cristobal Colón durante sus viajes de descubrimiento, el pimentón llegó a La Vera de la mano de los monjes Jerónimos del Monasterio de Yuste.
Aquí, el cultivo del pimiento encontró un microclima de inviernos suaves, veranos de noches frescas y otoños y primaveras con abundantes lluvias, recogidas por las numerosas gargantas de la zona.
Fueron precisamente estas lluvias la causa de la característica ÚNICA de nuestro pimentón: el aroma y sabor ahumado.
Nuestros antepasados, ante la imposibilidad de extender los pimientos para secarlos al sol, como se había visto hacer a los nativos de América del Sur, probaron a secarlos al calor de la lumbre. En locales de 2 alturas, dispusieron los pimientos en la parte alta sobre un emparrillado de madera, colocando debajo una hoguera con leña de la zona, encinas y robles. El calor ascendería y secaría los pimientos, que habría que ir removiendo para que el secado fuera uniforme.
Pero no sólo ascendió el calor; también lo hizo el humo buscando su salida a través del tejado, atravesando la parrilla y los pimientos y ahumándolos en el proceso. Acababa de nacer el PIMENTÓN DE LA VERA.
VARIEDADES
El pimentón ahumado puede encontrarse en 3 variedades, dependiendo del tipo de pimiento del que proceda.
- Pimentón dulce. El más suave de todos, procede de un pimiento redondo, llamado bola o ñora. Sería el equivalente ahumado del pimentón que se encuentra de forma habitual en otros mercados.
- Pimentón agridulce. Con un sabor característico, más intenso pero sin llegar al picor, aunque así pueda parecer a paladares poco acostumbrados a él. Procede de una variedad de pimiento largo, llamada Jaranda, fruto de la evolución sufrida por los pimientos en la zona de La Vera. Con una mayor estabilidad de color, es el más indicado para la elaboración de embutido y el condimiento de uso indispensable en la gastronomía verata y extremeña.
- Pimentón picante. Procedente también de una variedad de pimiento largo, llamada Jeromín, destaca por su picor, que aunque elevado, queda lejos de alcanzar las unidades de picor de cayenas y chilis.
EL CULTIVO
De crecimiento anual, el cultivo del pimiento comienza en el mes de mayo con el trasplante a los campos de las plantas, criadas en semilleros hasta entonces. Allí pasarán el resto de la primavera y el verano, creciendo y desarrollando los frutos, verdes en un inicio que irán tornándose rojos según vayan madurando.
Será a primeros de septiembre cuando alcanzarán el punto óptimo de maduración y se recogerán, principalmente de forma manual, para ser llevados inmediatamente al secadero. El proceso de secado durará entre 7 y 15 días, dependiendo de la climatología. En ese momento, los pimientos ya secos estarán listos para la siguiente parada en su proceso de transformación: LA FÁBRICA